En lo que va corrido del año 2025, la Asociación Calidris ha avanzado en acciones para proteger el águila real de montaña (Spizaetus isidori) en Colombia, a través de estrategias como el fortalecimiento de grupos locales, el monitoreo de la especie, la evaluación del conflicto humano-águila y la conformación de alianzas con socios en tres Áreas Clave para la Biodiversidad (KBA), las cuales hacen parte del hotspot Andes Tropicales, la ecorregión más biodiversa del mundo.

El águila real de montaña (Spizaetus isidori), es una especie poco común y de distribución restringida, presente en Los Andes desde Venezuela hasta Argentina (figura 1). En Colombia habita los bosques húmedos de las tres cordilleras, principalmente entre los 1600 y 2800 metros. La especie ha perdido cerca del 60% de su hábitat, además, la depredación de aves de corral por parte de esta rapaz, ha ocasionado conflictos que derivan en la mortalidad de individuos, razones por las que se considera En Peligro (EN).
Debido a lo anterior, en el año 2018, la Asociación Calidris, con el apoyo del Fondo de Alianza para Ecosistemas Críticos (CEPF por su sigla en inglés) y con la participación de varias organizaciones ambientales, construyeron el plan de manejo para el águila real de montaña en Colombia.
En este año y con apoyo de CEPF, se adelantaron acciones de este plan, tales como: el fortalecimiento de grupos locales, el incremento del conocimiento sobre el águila real de montaña, la evaluación del conflicto humano- águila y la conformación de alianzas. El área de impacto de esta iniciativa corresponde a tres KBA: La Empalada, el Parque Nacional Natural Tatamá y el Parque Nacional Natural Farallones de Cali (figura 2).
A continuación, se resaltan los siguientes resultados parciales del proyecto:
- Fortalecimiento de grupos locales con enfoque de género: el rol de las mujeres
Se han fortalecido cinco organizaciones locales de base comunitaria, con la participación de 57 personas (31 mujeres y 26 hombres). Este proceso se ha enfocado en la gestión de proyectos, aspectos administrativos, el diseño y puesta en marcha del monitoreo participativo.
Para el componente de gestión, se apoyó la formulación de esquemas de proyectos con enfoque de género para el liderazgo en conservación. Por otra parte, en la formulación y puesta en marcha del monitoreo participativo del águila real de montaña se construyó un protocolo de monitoreo y el entrenamiento en campo para su identificación (figura 3). En estos espacios ha sido importante identificar el liderazgo y participación de las mujeres en las KBA donde se desarrolla el proyecto.

- Incremento del conocimiento sobre águila real de montaña
En seis localidades del área de influencia de las tres KBA se registraron datos sobre la presencia del águila, su abundancia relativa, diversidad de edades (jóvenes y adultos), tipos de coberturas boscosas asociadas y comportamiento.. El águila fue registrada en siete de las nueve salidas de campo realizadas.
Se observaron al menos 10 individuos (ocho adultos y dos jóvenes). Con apoyo de organizaciones aliadas se identificaron parejas reproductivas en Belén de Umbría (área de influencia de La Empalada), Santuario, El Águila (área de influencia de Tatamá) y Farallones de Cali. Estos hallazgos son valiosos, pues en Colombia se estiman apenas 100 parejas. Las coberturas correspondieron a bosques primarios y secundarios en buen estado de conservación (figura 4).
- Evaluación del conflicto entre humanos y el águila
Se encuestaron 95 personas en dos KBA con información insuficiente (Tatamá y Farallones de Cali) (figura 5). De las 52 que tenían aves de corral, solo 27 usaban gallineros. Los depredadores reportados fueron principalmente gavilanes y halcones, y el águila real de montaña se identificó en solo dos casos. A pesar de estos impactos, la mayoría (93 personas) no tomó represalias contra las rapaces, reconociendo deficiencias en el manejo e identificando la necesidad de mejorar el uso de gallineros para reducir la depredación.

- Conformación de alianzas con socios
Para alcanzar los objetivos de esta iniciativa ha sido fundamental establecer acuerdos con las autoridades ambientales: Parques Nacionales Naturales de Colombia y la Corporación Autónoma Regional de Risaralda-CARDER; así como con las organizaciones: Wildlife Conservation Society-Colombia, la Fundación Águilas de Los Andes-FADA, la Fundación Farallones y la Federación Comunitaria para el Ordenamiento y Manejo de las Áreas Protegidas de Risaralda-Fecomar. (Figura 6).
Para el fortalecimiento del trabajo en red a nivel regional se ha construido una estrategia de comunicaciones con organizaciones de tres países: Aves Bolivianas de Bolivia, Fundación Condor Andino de Ecuador y Corbidi de Perú, quienes trabajan en la conservación e investigación del águila real de montaña. La estrategia pretende visibilizar acciones de conservación para la protección del águila a través de contenidos en redes sociales.
El proyecto ‘Conservando el águila andina en Colombia’, cuenta con el apoyo financiero del Fondo de Alianza para Ecosistemas Críticos (CEPF, por sus sigla en inglés) y del Fondo Patrimonio Natural para integrar el trabajo con socios #CEPF a nivel del Corredor y a nivel regional, con el aporte de organizaciones de Perú, Bolivia y Ecuador, así como de grupos locales a lo largo del territorio.
Trabajamos en alianza local con: Fundación Impulso Verde, Fundación Trópico, Fondo Patrimonio Natural, Parques Nacionales Naturales de Colombia, Hotspot Andes Tropicales – CEPF , Fundación Águilas de Los Andes-FADA, WCS-Colombia, FECOMAR, CARDER, Colectivo Pato posible y la Fundación Farallones.
El Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos es una iniciativa conjunta de la Agencia Francesa de Desarrollo, Conservación Internacional, la Unión Europea, la Fundación Hans Wilsdorf, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Gobierno de Canadá, el Gobierno de Japón y el Banco Mundial. En los Andes Tropicales, el programa es financiado por el Gobierno de Canadá a través de Asuntos Globales Canadá, con el propósito de fortalecer la sociedad civil en la conservación de la diversidad biológica.
Voces de beneficiados
KBA Parque Nacional Natural Tatamá:
Adriana Cano, (Grupo Guardianes Verdes de Chorritos)
“Las mujeres somos más sensibles ante el cuidado, por eso conectamos con la conservación del águila real de montaña. Esta es una oportunidad para apropiarnos más del territorio al vincular a nuestros hijos en las actividades de monitoreo”.
KBA Parque Nacional Natural Farallones de Cali:
Sara Acosta García-(Colectivo Pato Posible)
“Este es un proyecto muy interesante porque nos ha permitido participar activamente del monitoreo y recibir apoyo para organizar eventos culturales y ecológicos. Esto nos ha conectado más con el territorio y nos ha permitido promover la conservación, celebrar la identidad y las tradiciones de nuestra comunidad”
Leonardo Belalcazar (Profesional Monitoreo PNN Farallones de Cali)
“La participación del PNN Farallones de Cali en este proyecto nos permite proteger y entender la salud de los hábitats donde se encuentra el águila. A través del monitoreo también sumamos aliados locales para garantizar la conservación del territorio. Este esfuerzo conjunto entre ciencia y participación comunitaria es más efectivo al vincular a los habitantes del territorio”.
Consolidación artículo:
Luis Fernando Ortega, Gilder Esteban González, Camilo Mina Cartagena, María Ximena Galeano – Asociación Calidris