Una especie endémica y amenazada del Valle del Cauca se encuentra en peligro de extinción. La Magnolia mahechae, conocida como laurel almanegra, enfrenta serias dificultades reproductivas en su habitat natural; sin embargo, hoy inspira un proceso único en el que la ciencia, las mujeres y el ecoturismo se unen para salvarla.

En las montañas del Valle del Cauca, dentro del Área Clave de Biodiversidad (KBA) Bosque de San Antonio/Km18, sobrevive un árbol tan singular como amenazado: la Magnolia mahechae, conocida también como Laurel almanegra. Esta especie endémica, restringida al bosque nublado, se encuentra actualmente clasificada como En Peligro (EN) en la Lista Roja de la UICN.
Sin embargo, los resultados del monitoreo más reciente del presente proyecto revelan un panorama alarmante: la regeneración natural es casi inexistente, los pocos juveniles hallados no garantizan un reemplazo poblacional, y la producción reproductiva está seriamente comprometida. Los botones florales abortan antes de abrir, y los frutos caen sin alcanzar la madurez. Todo indica que la especie enfrenta un riesgo mayor del que se pensaba, y que una reclasificación a En Peligro Crítico (CR) podría ser necesaria.
En ese orden de ideas, la Fundación Ecotonos, a través de un equipo técnico donde más del 50% son mujeres, lidera un proyecto que busca proteger la Magnolia mahechae. Adicional a estos esfuerzos, acompañó la conformación del grupo comunitario Guardianas de la Magnolia, integrado por mujeres de la zona, quienes se han convertido en protagonistas de un proceso de conservación con enfoque de género y fuerte arraigo local.
Para muchas de ellas, esta ha sido una gran oportunidad de conocer una especie amenazada de su propio territorio. Reconocer la Magnolia mahechae, aprender a identificar su hábitat y comprender su importancia ecológica son pasos enormes: significan sentar una línea base de conocimiento comunitario donde antes no existía.
El proceso va más allá del monitoreo científico. Hasta la fecha se han realizado 20 talleres sobre naturaleza, ecoturismo, inclusión y ciencia ciudadana, con una asistencia promedio de 20 personas por actividad, de las cuales aproximadamente el 70% son mujeres. Con cada encuentro, las Guardianas de la Magnolia construyen herramientas que fortalecen su rol como líderes y como futuras protectoras del bosque.
“Agradezco profundamente a todas las personas involucradas en el proyecto Guardianes de la Magnolia. Esta experiencia me marcó como mujer, emprendedora y empresaria, brindándome la oportunidad de conectar con la naturaleza y comprender la importancia de la conservación ambiental. Ha sido invaluable, pues me inspiró a ser una líder más consciente y responsable, tomando decisiones que beneficien a la comunidad”, expresó Alexandra Martínez, Guardiana de la especie.
Por su parte, Margaret Capera, técnica en Monitoreo Ambiental de la Fundación Ecotonos manifestó: “Integrar biología, conservación y espacios de escucha nos conectó profundamente con la vida y con nuestro papel en el tejido comunitario. Este proyecto reafirma la importancia de organizarnos para generar un impacto positivo en el bosque y en nuestras comunidades”.

En este punto vale la pena resaltar que, como parte de las acciones para la reducción de amenazas a la biodiversidad, se realizaron 10 recorridos de vigilancia y control para verificar el estado de los individuos adultos y juveniles de Magnolia mahechae, registrando árboles sanos, caídos o afectados.
Las actividades incluyeron la verificación de ejemplares marcados, el control del ingreso de personal ajeno a la reserva y la prevención de extracción de material vegetal. Los recorridos, realizados junto a la comunidad de El Carmen y las ‘Guardianas de la Magnolia’, fueron precedidos por una capacitación brindada por la Fundación Ecotonos.
Retos científicos: un panorama poco alentador
El componente científico del proyecto ha revelado serias dificultades en la conservación ex situ de Magnolia mahechae.
- Regeneración natural nula: en 80 parcelas establecidas en la Reserva Gustavo H. Kattan y en otros fragmentos de bosque, bajo el método de evaluación Gentry para vegetación en bosques tropicales, no se registraron plantas recién germinadas, lo que confirma una regeneración natural igual a cero. Solo se encontraron 23 individuos juveniles, entre 1.3 y 7 m de altura, lo cual es crítico, pues si no alcanzan la etapa adulta reproductiva aumenta el riesgo de pérdida de especies.
Problemas reproductivos: en total se identificaron 17 individuos de Magnolia mahechae, de los cuales se seleccionaron 5 para un monitoreo detallado con cámaras trampa, priorizando condiciones de seguridad y acceso al dosel. En estos cinco árboles se registró un promedio cercano a 9 botones florales por individuo, de los cuales menos de 1 por árbol se perdió antes de desarrollarse. Posterior a eso, de esos que se desarrollaron, ninguno alcanzó la fase de floración durante los tres meses de seguimiento, lo que confirma un desarrollo reproductivo lento y pérdidas tempranas.
En cuanto a la fructificación, se registró un promedio de cerca de cinco frutos en formación y menos de uno maduro por árbol. Los frutos maduros observados ya habían liberado sus semillas, lo que indica una producción reducida y un ciclo reproductivo más largo de lo esperado.
- Escalada al dosel: se identificaron 17 individuos de Magnolia mahechae, de los cuales 10 fueron escalados y en 5 se instalaron cámaras trampa para registrar órganos reproductivos y posibles polinizadores. La altura promedio de los árboles fue de 21 m, lo que refleja la complejidad logística y física de acceder al dosel para el estudio de su biología reproductiva.
Estos hallazgos ponen en evidencia un vacío crítico en el ciclo de vida de la especie y refuerzan la urgencia de acciones de conservación a gran escala. En este contexto, se requiere no solo continuar con el monitoreo científico, sino también avanzar en estrategias de restauración de hábitat, propagación en viveros, protección legal de los fragmentos boscosos y participación activa de las comunidades locales.
“Es muy desalentador no poder ver flores en estos momentos. Los botones que hemos registrado y grabado con cámaras trampa han abortado y los árboles no presentan un desarrollo floral completo. Esto indica que la Magnolia mahechae enfrenta más problemas de los que imaginábamos y que su situación reproductiva es aún más frágil”, indicó Allison Muñoz, investigadora del equipo técnico de Ecotonos.

De otro lado, la Fundación Ecovivero, en articulación con Ecotonos, ha consolidado la base de datos más completa hasta la fecha sobre Magnolia mahechae, con 56 registros de ocurrencia que sirven como insumo principal para la elaboración de un modelo de distribución presente y futura bajo escenarios de cambio climático. A partir de este trabajo conjunto, ambas fundaciones proyectan la elaboración de una publicación científica que reúna la información más completa disponible sobre la especie, incluyendo su ecología, distribución actual y potencial, así como una propuesta de reclasificación de su estado de conservación bajo los criterios de la UICN.
Estos registros se concentran en apenas tres o cuatro áreas, principalmente dentro de zonas protegidas como el Parque Nacional Natural Farallones de Cali y la Reserva Forestal Protectora Regional de Bitaco, rodeadas de un mosaico de agroecosistemas y pastizales que incrementan el aislamiento y la presión sobre las poblaciones remanentes
Bioemprendimientos y ecoturismo: sembrando alternativas
El proyecto también ha abierto una puerta a nuevas oportunidades para las comunidades locales a través de bioemprendimientos que aún se encuentran en fase de desarrollo. Si bien el proceso continúa y no ha concluido, el área que más ha despertado interés hasta ahora es el ecoturismo y, en particular, el aviturismo, aprovechando la riqueza natural de la reserva y la presencia de especies de alto valor de conservación como Magnolia mahechae y diversas aves endémicas y amenazadas.
Paralelamente, las Guardianas de las Magnolias, haciendo uso de su territorio y de su identidad local en la vereda El Carmen —que también hace parte del Área Clave para la Biodiversidad (KBA) Bosque de San Antonio—, han comenzado a diseñar rutas de ecoturismo no solo dentro de la reserva, sino también en su propio entorno. Estas acciones fortalecen la identidad del territorio, promueven la apropiación del espacio donde habitan y consolidan un modelo comunitario de conservación.
A través de talleres prácticos, las guardianas y líderes comunitarios han empezado a formarse en temas como observación de aves, diseño de experiencias turísticas responsables y elaboración de productos locales con identidad, sentando las bases para iniciativas que, en el corto plazo, podrían diversificar la economía local.
El avistamiento de aves se perfila como una herramienta poderosa para vincular la conservación con la generación de ingresos, mientras que las iniciativas de bioemprendimientos buscan consolidar opciones que reduzcan la presión sobre el bosque. En conjunto, estas actividades están trazando un camino para conectar la conservación de la Magnolia mahechae con la protección integral de la biodiversidad de San Antonio, al tiempo que generan alternativas sostenibles para las comunidades locales.
A partir del muestreo puntual que se realizó, se considera que La Magnolia mahechae enfrenta grandes retos —regeneración difícil, reproducción alta probabilidad de que sea fallida y distribución limitada—, pero también es símbolo de esperanza. Gracias al apoyo del CEPF, Patrimonio Natural y aliados locales, Fundación Ecotonos y las Guardianas de la Magnolia demuestran que la ciencia, el liderazgo femenino y el compromiso comunitario pueden cambiar su destino. Protegerla es proteger el futuro del Bosque de San Antonio y de quienes lo habitan.
Redacción: Fundación Ecotonos
Fotografías: Juan Sebastián Moreno, Allison Muñoz, Juan Camilo González y Margaret Capera
El Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos es una iniciativa conjunta de la Agencia Francesa de Desarrollo, Conservación Internacional, la Unión Europea, la Fundación Hans Wilsdorf, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Gobierno de Canadá, el Gobierno de Japón y el Banco Mundial. En los Andes Tropicales, el programa es financiado por el Gobierno de Canadá a través de Asuntos Globales Canadá, con el propósito de fortalecer la sociedad civil en la conservación de la diversidad biológica.